lunes, 20 de julio de 2009

PAVOROSO CANGREPÓTAMO. DIOS NOS COJA CONFESAOS



El mundo es macho.
Para llegar a esta conclusión no hace falta haber ido a la universidad; basta con ser mujer.
Se presume que Dios le puso nombre a todos los animales (la faena que tuvo, suerte que es el puto amo), pero se los puso en hebreo, que es lo suyo.

Se ignora la identidad del español que hizo la traducción, y si le pagaron o no.

Hay unos pájaros muy grandes que no vuelan que se llaman avestruces. Se llaman así en plural. Si hay uno solo siempre es macho y se llama avestruz. No entiendo como se lo montan sin avestruzas para poner esos huevos tan gordos. Unos machotes los avestruces.

Lo mismo pero al revés ocurre con las águilas, lechuzas, gaviotas, etc. De los águilos, lechuzos (precioso insulto ¿no les parece?) y gaviotos no se tiene noticia.
Mención aparte merecen las golondrinas, que cuando son macho te joden el sobaco procurándote un grano.

En los mares la cosa no cambia mucho. La merluza cuando es hembra se hace a la vasca y cuando es macho fastidia a la basca; todos hemos sufrido en propias carnes a un merluzo.

Lo de las ballenas ya es rizar el rizo. Caundo son madres siempre tienen crias macho, que paren ballenatos (se ignora si a ritmo de salsa) y nunca balle-natas que sería lo suyo al menos en las horas siguientes al nacimiento. Los ballenos no funcionan ni como improperio.

Los gorilas ya ignoran por completo la concordancia de género con el artículo. Eso para mi que no es otra cosa que chulería. Así, la hembra de un gorila tendrá que ser a la fuerza una gorilo.

Las ostras y las almejas siempre son del género femenino y tiene su lógica hasta que te encuentras a un mejillón que hace tambalearse el concepto marisco hasta los mismísimos cimientos de las más arraigadas creencias.

Las ladillas macho ultímamente están en crisis por las subprime y la explosión de la burbuja inmobiliaria.

También estan los bichos que al cambiar de sexo cambian de nombre, como los saltamontes que se llaman saltamontañas en cuanto tienen la primera menstruación. Y también los hay que varían hasta su posición física en virtud del sexo, así el escarabajo puede tener relaciones con la escaraarriba sin mayor problema.

Los reptiles suelen ser chicas; culebras, serpientes, boas, ana-condas (este último en mi honor) y hasta la pitón, que en el toro es un cuerno bastante macho, en este órden de la fauna es hembra.

Los saurios suelen ser chicos; cocodrilos, caimanes, dragones etc., Y para excepción tenemos al lagarto que cuando es hembra fuma, te tutea, se sienta en la barra y mira de sacarte la pasta con carantoñas.

La lista de barbaridades que cometió el traductor es interminable.

A veces una no entiende como este país no se llama Españo.

sábado, 18 de julio de 2009

"PARA LUISA, EN EL DÍA DE SU ANIVERSARIO, DE SUS TÍOS DE JACA, QUE TANTO LA QUIEREN"





Servidora, sin duda alguna, un ser humano poseedor de una herencia genética que te cagas, siempre se ha cuestionao por qué tres meses antes del verano todas las gordas se dan cuenta de que lo están.

¿Que pasa? ¿Que en invierno venden el cupón de la once y en verano les caduca el contrato de prácticas?.

Yo no conozco a nadie que se acueste tal noche como esta pesando 55 kilos y se levante mañana con 85.

Y es por eso que no entiendo que lo que te has ganao a pulso y golpe de satisfacción te sobre en verano y quieras que desaparecza ya y sin ningún esfuerzo.

Para ser gorda, lo primero; hay que sentirse gorda. El verano NO tiene por qué mediar en el esfuerzo de ser gorda.

Ser gorda, seguramente NO se elige. Puede que si o puede que no te encuentres nunca una gorda simpática.

Huyendo del tópico, servidora siempre distingue a los seres humanos (aparte de otras clasificaciones más privadas y , por ende, mas exhaustivas) en dos categorias básicas a saber:

a) El adulto que con solo mirarlo te deja ver el niño que fué.
b) Y el que no.

Y ahora que viene al caso, si se me permite, servidora ha variao su peso a los 18 años del actual en un + 5 kilos, pero, quisiera decir que una noche me acosté con cuarenta años ( y tenía 44) y me levanté con 45.
Entre que era por la mañana y que no me había maquillao, pensé: "Joder, que mala cara tienes hoy", pero no, no era un mal moomento, fueron cuatro años que me ventilé en una sola mala noche. A veces estas cosas son así; no tienen una explicación lógica y, a pesar de ello; pasan.

Por eso cada año que cumplo pienso que la civilización occidental podría haberse ahorrao a una inútil como yo.