sábado, 18 de julio de 2009

"PARA LUISA, EN EL DÍA DE SU ANIVERSARIO, DE SUS TÍOS DE JACA, QUE TANTO LA QUIEREN"





Servidora, sin duda alguna, un ser humano poseedor de una herencia genética que te cagas, siempre se ha cuestionao por qué tres meses antes del verano todas las gordas se dan cuenta de que lo están.

¿Que pasa? ¿Que en invierno venden el cupón de la once y en verano les caduca el contrato de prácticas?.

Yo no conozco a nadie que se acueste tal noche como esta pesando 55 kilos y se levante mañana con 85.

Y es por eso que no entiendo que lo que te has ganao a pulso y golpe de satisfacción te sobre en verano y quieras que desaparecza ya y sin ningún esfuerzo.

Para ser gorda, lo primero; hay que sentirse gorda. El verano NO tiene por qué mediar en el esfuerzo de ser gorda.

Ser gorda, seguramente NO se elige. Puede que si o puede que no te encuentres nunca una gorda simpática.

Huyendo del tópico, servidora siempre distingue a los seres humanos (aparte de otras clasificaciones más privadas y , por ende, mas exhaustivas) en dos categorias básicas a saber:

a) El adulto que con solo mirarlo te deja ver el niño que fué.
b) Y el que no.

Y ahora que viene al caso, si se me permite, servidora ha variao su peso a los 18 años del actual en un + 5 kilos, pero, quisiera decir que una noche me acosté con cuarenta años ( y tenía 44) y me levanté con 45.
Entre que era por la mañana y que no me había maquillao, pensé: "Joder, que mala cara tienes hoy", pero no, no era un mal moomento, fueron cuatro años que me ventilé en una sola mala noche. A veces estas cosas son así; no tienen una explicación lógica y, a pesar de ello; pasan.

Por eso cada año que cumplo pienso que la civilización occidental podría haberse ahorrao a una inútil como yo.

No hay comentarios: