martes, 12 de agosto de 2008

ALTA TENSION

Sinceramente no entiendo que nos lleva a emparejarnos de por vida y pronunciar esos juramentos solemnes delante de toda nuestra familia (y la de él) (que en ese momento pasa a ser también la nuestra) (como si tuviéramos poco) convocada a tal efecto.

Al principio le dices: “cariñoo, te has dejado la pasta de dientes destapada” y en el fondo, aunque no quieras dar crédito a lo que intuyes, sabes que un descuido así no es un despiste sino toda una declaración de intenciones, sabes que es el principio del fin, sabes que es una muestra ilustrativa de todo lo que vas a tener que cerrar por él, pero como la cuestión del envenenamiento romántico se encuentra en su punto álgido, decides mirar para otro lado y entonces es cuando descubres la bañera sin aclarar y la ropa interior sucia en el suelo, “es tan deliciosamente descuidado”.

Bueno, ellos no es que lo tengan más fácil. Intercambiamos favores domésticos por tensión, lo que ocurre es que ellos no lo saben. De saberlo dudo mucho que agotaran el papel del vater sin reponerlo, y caso de hacerlo, lo pensarían dos veces antes de colocarlo al revés. Ellos ignoran que el rollo tenga una manera perfecta de ser puesto en el portarrollos, por lo que optan por dejarlo encima de la cisterna.

Vale, hablemos de la tensión. Conducir llevando de copiloto un chimpancé apuntándote con una ballesta es una tontería comparado con llevar a la parienta. Aún sin ballesta.

Las mujeres administramos la tensión como nadie. No se de que manera lo hacemos, pero tenemos la mano rota para repartir sentimientos de culpa. También es cierto que este trabajo es ingrato, pero alguien tiene que hacerlo.

Les trasladamos la responsabilidad de divertirnos, satisfacernos sexualmente, solucionar nuestros problemas. Los queremos tiernos y apasionados, sensibles y masculinos, ingeniosos y serios, responsables y alocados y por si fuera poco pedir, además, exigimos que quieran a nuestra madre. Pobrecitos!

No permitimos que se relajen bajo la terrible acusación de que ya no nos quieren:
- “coño, y tu?”
- “yo si te quiero, ¿no ves que soy la que se ocupa de mantenerte siempre alerta?”
- “pues no me quieras tanto, hostia”
- “ah si? Pues a ver cuando haces tu algo así por mi , ¿o te crees que es fácil,eh?”.

El primer error de la pareja es que cada miembro piensa lo mismo que otro pero al revés. Intentaré explicarme. Ella piensa que él cambiará y no cambia. El piensa que ella no cambiará nunca, y va y cambia.

El matrimonio también tiene sus ventajas pero muy a largo plazo. Se sabe por ejemplo que los hombres casados vives más años que los solteros, pero en cambio se les ve como más dispuestos a morir, eso si.


Nos prometemos amarnos y respetarnos todos los días de nuestra vida, pero no a nosotros mismos, sino al otro.
Nos prometemos fidelidad ,pero no es prometer que nos compraremos un equipo de sonido, que es una cosa bien distinta además de imposible de cumplir.
Bueno, y lo de la salud lo entiendo, pero lo de amar a un pachucho también son ganas de nombrar a la bicha en vano y de ser agorero y cortar elrollo.
Por no hablar de la pobreza.

A la hora de las desavenencias conyugales el truco consiste en pensar que no hay nada mejor repartido que la razón, todo el mundo esta convencido de tener suficiente, cosa que no pasa con artículos de primera necesidad como el dinero, y ya ves tu sin embargo, para que querrá la gente tener razón siendo pobre, digo yo...aunque el problema principal de ser pobre no es serlo, sino que serlo te ocupa todo el tiempo y es una putada. A mi, por ejemplo, no me importaría ser pobre de 8 a 3, o incluso de 8 a 5 si mucho me aprietas, aún a fuerza de no tener razón de por vida.

En fin que pasamos media vida buscando la felicidad para al final acabar descubriendo que solo hay dos maneras de ser felices. Una hacerse el tonto. La otra, serlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho como lo has contado en el poco rato que has estado.
yo soy soltero i das fé a mi estado
mas vale estan solo que mal aconpañado.
como dice la cancion de juanes la vida es un ratito y hay que ser feliz aconpañado o solito.
un beso emilio.