miércoles, 11 de febrero de 2009

LESIONES INFANTILES

Los tiempos han cambiado que es una barbaridad!
La infancia ya no es tan infancia aunque tengan 5 años. Que los niños ya no tienen pito, pilila, etc.; tienen pene. Y las niñas ya no tienen chorrete, patata, etc.; que tienen vulva.

Esto debe ser cosa de la educación para la ciudadanía, que lleva a la chiquillería a hablar como camaradas catedráticos.

Cuando yo era pequeña tenía un “potorrico-pichín” y después pasé a tener coño directamente. No recuerdo haber tenido vulva nunca, excepto cuando sufrió la primera episiotomía. Menos mal que me la hicieron en la vulva…que si me la hacen en el coño…¡qué dolor!

Cuando yo medía menos de un metro, los adultos se gastaban unas bromas que de gracia tenían bien poca y , además, estaba una obligada a reírles las ocurrencias.

Lo de que me estrujaran el apéndice nasal, fingieran extirpármelo y me lo mostraran (supuestamente) moviéndose alegremente entre sus dedos no era nada comparado con aquello de. “¿Quieres ver el Moncayo?”. Ante semejante pregunta-trampa, bien poco o nada se podía hacer, ya que tanto si decías “no gracias” como si te mantenías en silencio, el adulto cabrón te cogía por la cabeza apretándote las orejas al tiempo que la rosca del pendiente se te incrustaba en la piel y te levantaba del suelo emitiendo pavorosas carcajadas.

Mi clasificación mundial de los adultos, en aquellos tiempos, distinguía dos categorías: los que te estrujan la nariz y los que te arrancan la cabeza.
¡Que cosas!, aún mantengo (actualizada, eso sí) semejante categoría, lo que me lleva a concluir que: o no mido mucho más de un metro, o los adultos siguen siendo unos cabrones.

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