LA ENERGIA NI SE CREA NI SE DESTRUYE; SE GASTA.

En fiestas navideñas a las tías nos gusta disfrazarnos más que en carnaval. No contentas con torturar con adornos tiernos retoños de abeto, solemos modificar nuestro habitual atuendo hasta convertirlo en un uniforme corporativo.

Parece como si de golpe se nos hubiera muerto alguien muy cercano; todas de luto.
Pero lo sorprendente es que parece como si se nos hubiera muerto alguien muy allegado pero en verano y fuese un luto con carácter retroactivo; todas de manga corta o tirantes.

Los tíos siempre habéis sido unos desarraigaos y lo mismo os da por poneros un jersey rojo:
-“Es que voy de Papa Noel”.
-“¿Lo dices por la barriga, Jaime José?”.

Los tíos siempre habéis sido unos insolidarios:
-“Baja la calefacción Encarna, que tengo las orejas a la brasa”.
-“Pues te quitas el jersey que yo tengo frío”.

En Navidad las tías nos sentimos contrariadas...muy contrariadas.
Por una parte somos las responsables gastronómicas del evento. Y por otra nos sentimos obligadas a que no se nos noten los lamparones de aceite y aquí es cuando el stres nos atenaza y llegan los reproches y los malos rollos:
-“Saca las copas de cava, las buenas, no las de la gasolinera. Y vigila el horno que aún me tengo que vestir y mira que hora es, que no me ayudas a nada”.
-“Pero si ya estás vestida”
-“¿No querrás que me siente a la mesa con estas pintas?”
-“Pues las pintas de todos los días”
-“¡Que es navidad!”
-“Entonces querrás decir que vas a semi-desnudarte, enlutarte, ponerte medias negras y unos zapatos de tacón que joden el parquet, ¿no?”.
-“Un día es un día”.