viernes, 27 de marzo de 2009

LA MERDA DE LA MONTANYA NO FA PUDOR, ENCARA QUE LA REMENIS AMB UN BASTO

El asunto ese de dar salida a los activos tóxicos me tiene mosqueada a modo. Al parecer, el líder de los líderes mundiales ha dao con la solución, pero con una más peligrosa que una piraña en ayunas nadando en un bidet. Como el asunto es complicado de interpretar, los homólogos de aquí se han deshecho en elogios por si acaso.

Yo no se si el sistema financiero Español ignora exactamente la cantidad de activos chungos que tiene en sus maltrechos haberes, o es que es de difícil cuantificación,o es que prefieren guardarse los números para si mismos por no causar alarma social en la red clientelar.


En esto de la red clientelar este el quid de la cuestión. Semejante entelequia es ahora la responsable de limpiar el mal nombre de las subprime esas.


-“Tenemos una mierda, pero si la recuperación de la confianza pasa por vender mierda, mierda vamos a vender”.

-“¿Y cuanto vale mierda?”

-“Depende de la cantidad de gente que este interesada en jugar con ella lo suficiente para que tenga algún valor y alguien se la acabe comiendo”

-“¿Y nadie se dará cuenta de que se va a comer una mierda?”

-“No, la mierda solo empacha si es mucha, si la dosificamos y la repartimos como buenos hermanos no solo no matará sino que engordará nuestros bolsillos”.

El mercado, otra entelequia que se va a encargar de poner precio a la mierda hasta que vaya desapareciendo a fuerza de que nos la comamos los de siempre, será el responsable de la segunda etapa del cuento de la lechera.

El ciudadano no debe preocuparse, pues no tiene ningún poder de decisión en este sentido. Seguramente nuestro dinero ha cruzado los océanos para financiar a algún Yankee ninja, y ahora, a la entidad financiera que gestiona nuestros cuartos, no le va a quedar otro remedio que comprar mierda americana en nuestro nombre.

Amén hermanos, y bon apetit.

1 comentario:

Unknown dijo...

no se si el plan este es bueno o malo, pero por lo menos no se quedan de brazos cruzados esperando un milagro.
el tiempo te da o te quita la razón por lo tanto solo nos queda esperar.