LA MARAVILLA DE LA INMEDIATEZ EFÍMERA
Muchas veces me pregunto, si alguna vez fuera puesta en trance de morir irremediablemente en accidente aéreo, que tipo de documental ambientado en mi vida pasaría por delante de mis ojos.
Decidir sobre la estructura que habría de tener el guión de tu vida pasada es tanto o más complicado que intentar anticipar el argumento básico que debería tener la vida que aún queda por escribir.
Debe ser por esto que nuestra voluntad no influye en la secuencia de imágenes de nuestra historia personal que dicen que se proyecta en el cerebro humano cuando se es consciente de que el telón va a caer.
Llegados a esta macabra situación, bien podría ser que contempláramos por primera vez, hechos de nuestra existencia que en su día nos pasaran completamente desapercibidos.
-“Pero....¿esa soy yo?...no puede ser”.
-“Yo de este tio no me acuerdo”.
-“Mira.....¡los tejanos con bordados de flores en el bajo!.
-“Pues tenía razón....si, si que lo dije”.
-“Ahí, ahí justamente fue cuando empezaron a irme mal las cosas”.
-“¿Pero esto me ha pasao de verdad?..Ah, no, que es una toma falsa”
Se me ocurre pensar que, si después de la proyección se consigue salvar el pellejo, el futuro debe a la fuerza parecer un tiempo inútil. vacío, sin historia y sin personalidad.
Dicen que pasamos la tercera parte de la vida durmiendo. Si restamos todo ese tiempo a nuestra película, se comprende que basten solo unos segundos para conseguir la síntesis. Es como quitar la publicidad a las superproducciones, que se quedan en nada.
De poder elegir, una servidora preferiría echarle un vistazo al futuro que esa peli no la he visto. Al menos que me pongan un trailer por si me salvo de cantar como los cisnes.
De todas formas, pasar los últimos segundos en este valle de lágrimas contemplando una película que ya has visto, me parece una crueldad de intensidad similar a morir viendo Verano Azul.
Muchas veces me pregunto, si alguna vez fuera puesta en trance de morir irremediablemente en accidente aéreo, que tipo de documental ambientado en mi vida pasaría por delante de mis ojos.
Decidir sobre la estructura que habría de tener el guión de tu vida pasada es tanto o más complicado que intentar anticipar el argumento básico que debería tener la vida que aún queda por escribir.
Debe ser por esto que nuestra voluntad no influye en la secuencia de imágenes de nuestra historia personal que dicen que se proyecta en el cerebro humano cuando se es consciente de que el telón va a caer.
Llegados a esta macabra situación, bien podría ser que contempláramos por primera vez, hechos de nuestra existencia que en su día nos pasaran completamente desapercibidos.
-“Pero....¿esa soy yo?...no puede ser”.
-“Yo de este tio no me acuerdo”.
-“Mira.....¡los tejanos con bordados de flores en el bajo!.
-“Pues tenía razón....si, si que lo dije”.
-“Ahí, ahí justamente fue cuando empezaron a irme mal las cosas”.
-“¿Pero esto me ha pasao de verdad?..Ah, no, que es una toma falsa”
Se me ocurre pensar que, si después de la proyección se consigue salvar el pellejo, el futuro debe a la fuerza parecer un tiempo inútil. vacío, sin historia y sin personalidad.
Dicen que pasamos la tercera parte de la vida durmiendo. Si restamos todo ese tiempo a nuestra película, se comprende que basten solo unos segundos para conseguir la síntesis. Es como quitar la publicidad a las superproducciones, que se quedan en nada.
De poder elegir, una servidora preferiría echarle un vistazo al futuro que esa peli no la he visto. Al menos que me pongan un trailer por si me salvo de cantar como los cisnes.
De todas formas, pasar los últimos segundos en este valle de lágrimas contemplando una película que ya has visto, me parece una crueldad de intensidad similar a morir viendo Verano Azul.
1 comentario:
cuando llege ese momento me gustaria tener todas las mujeres de playboy pidiendo un indulto al parco.
el machito.
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