viernes, 10 de octubre de 2008

PERMITAME QUE LE MOLESTE (ESPASMO CINICO




A una servidora, lo que mejor se le da es meter la pata. La meto hasta queriendo, que no se yo si meter la pata queriendo es meter la pata o solo fastidiar.

Suelo amparar mis remordimientos en la tan socorrida libertad de expresión, que es lo único que nos queda a las que perdimos hace ya tiempo la virginidad democrática y hasta la inocencia parlamentaria.

Democracia en este país no tenemos, pero para compensar gozamos de una libertad de expresión a prueba de bomba (mala metáfora, lo se, ¿les he dicho ya que suelo meter la pata?).

Desde hace un tiempo, vengo notando un cierto arraigo en mis salidas de contexto, hasta el punto en que estoy pensando hacer de ello una profesión remunerada. Cierto es que la idea de innovadora tiene bien poco, pero tampoco es mentira que entre los deberes del buen cristiano se cuenta, amén de vestir al desnudo ¿?, alimentar al hambriento ¿? y darle de beber a quien tenga sed ¿?; enseñar al que no sabe.
Las mas de las veces me resulta imposible distinguir si ese que va en bañador quiere que lo vista o que lo desvista. Conozco quien tiene una sed perpetua y algún que otro muerto de hambre, y lo cierto es que nada me resulta tan gratificante como enseñar a quien no sabe. Tengo un sexto sentido para decirle al ignorante justamente eso que no quiere oír y en el momento en que no quiere escucharlo.

Me pregunto si pueden excomulgarme por dar fuego a quien lleva un cigarrillo apagado en la boca o por informar a cerca de la hora a quien la desconoce.
Confieso que mi vida está llena de días de titánico esfuerzo de contención, que espero me sea recompensado en algún momento de mi existencia y, a ser posible, con el cerebro aún vigente.

Enseñar a meter la pata queriendo es tarea de buena cristiana. Lo se porque he alcanzado el virtuosismo en tales menesteres hasta el punto que, muchas veces, cuando meto la pata queriendo lo hago con la sutileza propia del que tiene que avisar de la cagada para que se den cuenta.

-“¿Y a usted le preocupa el medio ambiente?”
_”No señor. A mi me preocupa el ambiente entero. Yo lo que quiero es un ambientazo”.

-“No me prestas la más mínima atención, tu ya no me quieres”
-“Cariño, no digas esas cosas, tu sabes que eres el numero uno de mis prioridades”.
-“Si, pero solo cuando te salgo por la derecha”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tienes razon,los medios los considero inconpletos, los enteros
les doy un notable.
pero a un anbientazo en buena conpañia i sin meter la pata un sobresaliente.